Los asiaticos tienen la creencía de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo invisible atado al meñique.
La leyenda surgió cuando se descubrio que tenemos una arteria que conecta el dedo corazón con el meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unian los corazones con los meñiques.
Por eso en algunos paises asiaticos, como Corea, se hacen promesas al entrelazar los dedos meñiques.
Desde mi punto de vista, es una leyenda bastante bonita, pero a lo que quiero llegar es a lo que Paulo Coelho dijo sobre esta leyenda.
Dijo lo siguiente.
"Dicen que a lo largo de nuestra vida, tenemos dos grandes amores. Uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o madre de tus hijos... Esa persona con la que conseguiras la maxima copenetración para estar el resto de la vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo amor, una persona que perderas siempre. Alguien conquien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la quimica escapan a la razón y les impedirá, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaras de intentarlo... Se rendiran y buscaran a esa otra persona que acabaran encontrando...
Pero les aseguro que no pasara una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más...
Todos saben de que estoy hablando, porque mientras estan leyendo esto, les ha venido su nombre a la cabeza.
Se liberarán de él o ella, dejaran de sufrir, conseguirán encontrar la paz (le sustituiran por la calma), pero les aseguro que no pasara un día en que deseen que estuviera aquí para perturbarlos.
Porque, a veces, se desprende más energia discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias".
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