viernes, 13 de septiembre de 2019

¿Qué busco?




En realidad no busco nada, principalmente porque cuando se deja de hacer es cuando las cosas comienzan a ocurrir.
Pero claro está que nosotros somos quien aceptamos o no lo que la vida nos ofrece.
¿A qué le diría que sí? ¿Por qué le daría las gracias?
Por una buena persona, si puede que eso sea muy genérico.
Veamos, que no mire solo por sí mismo, que se preocupe por la gente que hay a su alrededor, les conozca o no.
Que sea ambicioso y que no se conforme con la opción más sencilla, que se arriesgue aunque pierda en algunas ocasiones, porque a la larga todo tiene su recompensa.
Y que sea un apoyo para seguir creciendo en la vida, que sea un pilar y no una piedra.
Que sepa escuchar, que sin decirlo en voz alta sepa cuando necesito un abrazo y estar en silencio.
Compartir alguna afición y aunque no la tengamos en común podamos “sacrificarnos” solo por ver feliz al otro.
Que tenga esos pequeños detalles, y no me refiero a los materiales, pero que sepa ciertas cosas que saben que te harán sonreír.
Que seamos un equipo, que pueda tener la confianza de que por mucho que yo me pueda tropezar este su mano para ayudarme a levantar de nuevo.
Que el silencio llegue a ser tan bonito y especial, como las bromas y las risas a carcajadas.
Que si se me ocurre una locura en vez de mirarme como si hubiera perdido la cabeza, me sonría y diga: Vamos.
Que la palabra confianza sea el apellido y amistad el nombre.
Que me haga sentir especial con solo una mirada, que podamos ser nosotros mismos.
Que la edad o el peso, solo sean números.

No sé si es mucho lo que espero encontrar, pero el día que llegue espero tener la capacidad de sonreírle y darle la bienvenida a mi loco mundo.

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