En
realidad no busco nada, principalmente porque cuando se deja de hacer es cuando
las cosas comienzan a ocurrir.
Pero
claro está que nosotros somos quien aceptamos o no lo que la vida nos ofrece.
¿A qué le diría que sí? ¿Por qué le daría las gracias?
Por
una buena persona, si puede que eso sea muy genérico.
Veamos,
que no mire solo por sí mismo, que se preocupe por la gente que hay a su
alrededor, les conozca o no.
Que
sea ambicioso y que no se conforme con la opción más sencilla, que se arriesgue
aunque pierda en algunas ocasiones, porque a la larga todo tiene su recompensa.
Y
que sea un apoyo para seguir creciendo en la vida, que sea un pilar y no una
piedra.
Que
sepa escuchar, que sin decirlo en voz alta sepa cuando necesito un abrazo y
estar en silencio.
Compartir
alguna afición y aunque no la tengamos en común podamos “sacrificarnos” solo por
ver feliz al otro.
Que
tenga esos pequeños detalles, y no me refiero a los materiales, pero que sepa ciertas
cosas que saben que te harán sonreír.
Que
seamos un equipo, que pueda tener la confianza de que por mucho que yo me pueda tropezar este su mano para ayudarme a levantar de nuevo.
Que
el silencio llegue a ser tan bonito y especial, como las bromas y las risas a
carcajadas.
Que
si se me ocurre una locura en vez de mirarme como si hubiera perdido la cabeza,
me sonría y diga: Vamos.
Que
la palabra confianza sea el apellido
y amistad el nombre.
Que
me haga sentir especial con solo una mirada, que podamos ser nosotros mismos.
Que
la edad o el peso, solo sean números.
No sé si es mucho lo que espero encontrar, pero el día que
llegue espero tener la capacidad de sonreírle y darle la bienvenida a mi loco
mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario