Ese 16 de Octubre dejaste de cumplir años, pero no puedo evitar acordarme de que hoy deberías estar con la cara cubierta de nata, abriendo regalos y besando mis labios, antes de pedir un deseo a esas veintiocho velas que tendrías que estar soplando.
Jugando con tus sobrinos, abrazando a tu gemelo y sonriendo a tus padres.
Y es que ese día, no solo tú dejaste de cumplir años, tu hermano dejó de celebrarlos.
Ya no hay tartas ni felicitaciones ni abrazos y mucho menos sonrisas, solo queda un hueco vacío más a la mesa, acompañado de discretas lágrimas recorriendo las mejillas de aquellos que un día te quisieron y que a día de hoy lo seguimos haciendo.
Felices eternos 23 años, mi amor.
영원히 사랑한다.
No hay comentarios:
Publicar un comentario